martes, 22 de marzo de 2011

Neruda me dijo:

Pensar que no la tengo, sentir que la he perdido. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella...


Después, posé mi mano en su hombro, en forma de apoyo, para decirle:

Yo también le perdí porque decidí perderle. Cuando mi corazón empiece a extrañarle me arrepentiré de mantenerme inalterable. De momento puedo soportarlo.



KRN

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