Pequeños momentos

Desde el balcón se veía una habitación totalmente dominguera: cama deshecha, ropa por los suelos, botellas vacías de cerveza y, en un rincón de la habitación, estaba ella.

Contemplaba su desorden sin asombro alguno, total, era algo a lo que ya se había acostumbrado, aprendió a convivir con su desorden. Sin embargo, sería motivo de los rayitos de sol que alumbraba la escena, que esta vez decidió poner algo de orden.

Mientras decidía por dónde empezar se sumergió en medio de sus alborotados recuerdos. Se dio cuenta de que no sólo tenía un caos en la habitación, sino que sus memorias estaban totalmente descuidadas, empolvadas. Como si el huracán Katrina hubiese pasado por en medio.

Vio cientos de escenas unas encima de otras, como si no tuviesen valor. Empezó a revisarlas una por una. La mayoría las lanzó al contenedor orgánico. Los de reciclaje seguían estando vacíos.

Se topó por fin con un recuerdo fragante. No estaba en mal estado, aún conseguía conmoverle y volcar su pequeño corazón. Además desprendía un olor confortable de una escena sepia y romántica.

- Buenos días amor ¿Dormiste bien?
- Sí sí. Muy bien a tu lado
- (Sonrisa tonta) ¿Hace mucho que estás despierto?
- Lo suficiente para ver tu carita dormida a mi lado. Estás preciosa al natural
- (Sonrisa súper tonta)Gracias, la próxima vez te ganaré y me despertaré antes (dicho esto, estiró sus adormilados brazos para llegar a posarlos sobre sus hombros, y tocarle, y acariciarle, y besarle)

- Ey! -dijo ella- Tienes el brazo frío
- Ya, es que hacía frío
- ¿Dormiste toda la noche con el brazo fuera de la cama?
- Sí, es que te quedaste dormida apoyada en mi otro brazo. No quería perturbarte
- (Sonrisa hiper tonta, no bastó decir nada más.)


Apretó ese recuerdo con dulzura y fuerza contra su pecho y decidió que no volvería a estar en medio de los recuerdos empolvados, ni siquiera en el contenedor de reciclaje. Pintó un marco, puso el recuerdo en medio y lo colgó en su frágil memoria.

Podrán pasar días, meses, años, pero ese recuerdo perdurará por el resto de su vida como uno de sus mejores momentos vividos.

A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante. Oscar Wilde

KRN

PD1: La habitación sigue desordenada, creo.
PD2: Una canción inspiradora aquí.